La
madurez es equilibrio, madurez para no dejarse llevar por los distintos “vientos”,
“arrebatos”, “estados de ánimo” porque la madurez, para que lo sea, requiere
sensatez. Dice Enrique Rojas que “actualmente existe una epidemia de inmaduros
sentimentales a los que el compromiso les causa pánico”.
Una
persona madura, sensata, equilibrada, asume retos y metas con libertad pero
siendo consecuente que los compromisos libremente adquiridos en su
día no deben tener
vuelta atrás.
Para llegar a tener madurez,
tenemos que convencernos que hay que pasar por el sufrimiento, por el sacrificio y ninguna de las
dos cosas están bien vistas en nuestra sociedad. Pretendemos pasar por la vida
pasándolo bien, sin problemas y sin preocupaciones y como eso no es posible, el
resultado es la permanente insatisfacción del inmaduro/a.
Dice el doctor Enrique Rojas que “sin orden es imposible ser
feliz”, porque el orden empieza en la cabeza, en saber que es lo que se quiere,
a que se aspira, y una vez que se sabe, poner toda la carne en el asador –que decimos
en España-, no perdonarnos ningún esfuerzo para conseguirlo. Eso es madurez.
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