Se ha
corrido como la pólvora que el ser maleducado es ser auténtico; una vez más se
confunde el tocino con la velocidad. Por eso me parece que en los tiempos que
corren “urge” hacer un esfuerzo por ser amables.
Estamos también
en el siglo de la imagen, todo aspecto externo conlleva un mensaje; tendremos
que plantearnos qué mensaje e imagen queremos dar. Por otra parte, tenemos que
tener en cuenta que las personas que nos rodean merecen un respeto, no es
agradable ni la mala educación, ni una presentación chabacana y sucia. La persona
que se presenta de esta forma está claro que se valora ella misma en muy poco.
En definitiva,
la cortesía, la educación siempre estarán de moda, -independientemente de las
ideas más o menos progresistas de cada uno-, y de esta forma contribuiremos a
hacer una sociedad más amable.
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