Hoy hace 11 años de la muerte de este gran Papa, coincide además con el día exacto de su muerte, sábado, víspera del domingo de la Divina misericordia, fiesta que la instituyó precisamente él. Las palabras que traigo a este blog son de plena actualidad y confío en que nos sirvan a todos.
La oración
"Es hora
de redescubrir, queridos hermanos y hermanas, el valor de la oración, su fuerza
misteriosa, su capacidad de volvernos a conducir a Dios y de introducirnos en
la verdad radical del ser humano".
"Cuando un
hombre ora, se coloca ante Dios, ante un Tú, un Tú divino, y comprende al mismo
tiempo la íntima verdad de su propio yo: Tú divino, yo humano, ser personal
creado a imagen de Dios".
"En
nuestras noches físicas y morales, si tú estás presente, y nos amas, y nos
hablas, ya nos basta, aunque muchas veces no sentiremos la consolación".
"Pidamos
juntos a Dios, rico de misericordia y de perdón, que apague los sentimientos de
odio en el ánimo de las poblaciones, que haga cesar el horror del terrorismo y
guíe los pasos de los responsables de las naciones por el camino de la
comprensión recíproca, de la solidaridad y la reconciliación".
"Hoy se
exalta con frecuencia el placer, el egoísmo, o incluso la inmoralidad, en
nombre de falsos ideales de libertad y felicidad. La pureza de corazón, como toda
virtud, exige un entrenamiento diario de la voluntad y una disciplina constante
interior. Exige, ante todo, el asiduo recurso a Dios en la oración".
"En los
momentos de angustia y de «pesadilla mortal», la oración, acompañada por el
compromiso de hacer la voluntad de Dios, devuelve el auténtico gusto por la
vida".
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