2º peligro de la
naturaleza humana: Placer sin
responsabilidad.
Que a todas las personas
nos gusta disfrutar es una verdad incuestionable; lo que ocurre que las formas
de disfrutar difieren: hay quien disfruta bebiendo, otros paseando, otras
leyendo e incluso hay quien disfruta haciendo sufrir a los que le rodean, esta
realidad es digna de estudio, pero “haberlos haylos” que dirían en Galicia.
Todo lo que produce placer
es apetecible, otra verdad incuestionable. El problema es que el hombre es un
ser inteligente y libre pero para ser libre hay que ser responsable. Dicho de
otro modo, la libertad y la responsabilidad tienen que ir de la mano: si yo me
siento muy libre pero no soy responsable puedo hacer daño a los demás y a mí
mismo.
Hay un dicho popular que
afirma lo siguiente: “Dios perdona siempre; el hombre algunas veces; la naturaleza
nunca”. Esto es conveniente tenerlo en cuenta para no llamarnos a engaño: el
que la hace la paga bien en esta tierra, bien en la otra, pero no nos quepa la
menor duda si no somos responsables de nuestros actos ante nosotros mismos, la
sociedad y Dios, al final tendremos que enfrentarnos con nuestra responsabilidad.
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