Está revolucionando la política alemana. Hace sombra a
la poderosa Angela Merkel y hasta su nombre ha sonado para
presidenta del país o futura canciller. Es el caso Úrsula Von der Leyen,
una política atípica que está rompiendo moldes en Europa. Precisamente ahora es
ministra de Trabajo y Asuntos Sociales en Alemania y en España es conocida por
haber venido a ofrecer empleo a 5.000 jóvenes españoles. Esta alemana de 55
años es algo más que política. Los alemanes la llaman “la madre de la
nación” pues tiene siete hijos. Durante sus años en la política se ha
empeñado en demostrar la grandeza de los hijos, las enormes ventajas de los
niños en la sociedad y ha luchado por abrir camino a las familias que quieren
tener hijos en una Europa con una histórica crisis demográfica.
La importancia de rezar con sus hijos
Von der Leyen es además una mujer de fuertes
convicciones religiosas. Es cristiana y practicante. Cuenta orgullosa lo
importante que es desayunar todos los días con sus hijos y rezar con ellos
antes de acudir a sus obligaciones en el Ministerio. Del mismo modo hace lo
mismo por las noches antes de que sus hijos vayan a dormir. Es una de las
principales valedoras en recuperar y poner en valor en Europa los valores
cristianos que han forjado el continente siglos atrás. La familia juega
aquí un papel esencial. Lo sabe. Y no le importa liderar esta revolución
familiar. No es de extrañar, por tanto, que las feministas radicales la tengan
en su punto de mira y esté siempre en la diana de sus críticas e
insultos. “¡Esa mujer!”. Así se refieren a ella con desdén las
feministas. Sin embargo, ella les replica que Alemania y Europa irían mejor con
más mujeres como ella, es decir, madres.
Luchadora por la familia
Desde 2009 es ministra de Trabajo pero su incansable
lucha por la familia viene de atrás pues previamente, de 2005 a 2009, fue ministra
de Familia, Mujer y Juventud. Desde ese puesto legisló a favor de este
colectivo y ayudó a que las familias puedan conciliar mejor el cuidado de los
hijos y el trabajo. Algo básico hoy en día.
Úrsula ha mostrado también al mundo la falacia de que
no se puede ser madre y progresar profesionalmente, sin tener que por ello
renunciar a tener familia. Estudió Económicas y más tarde se doctoró en
Medicina llegando a dedicarse a la investigación. Más tarde se trasladó a EEUU
debido a compromisos laborales de su marido. Allí se dedicó a cuidar de sus
hijos y a la investigación y vio la importancia de ayudar a la familia. A
partir de ahí entró en la CDU alemana y comenzó su meteórica carrera
política.
Su carrera contracorriente
Al llegar al Gobierno de Merkel fue consciente de que
sus cinco compañeras del Ejecutivo, incluida Merkel, habían renunciado a la
maternidad para dedicarse a la política. Ella era el bicho raro y lamenta que
en su país “tener siete hijos esté mal visto, se considera casi una
provocación”. Como ministra de Familia preparó una mini-revolución que fue
hasta mal vista por su propio partido aunque ella siguió adelante. Propuso guarderías
gratuitas y ayudas a los padres para el cuidado de sus hijos así como el
permiso para que los padres pudiesen quedarse en casa cuidando de los niños.
Pese a las críticas ella hablaba de sus experiencias familiares y cómo había
podido conciliar trabajo y familia. “Me han llegado a preguntar si quiero
encerrar a los padres a latigazos y eso demuestra el desprecio hacia todo lo
que tenga que ver con el cuidado de los niños”.
La familia, cuna de valores
En una entrevista en ABC cuando aún era
ministra de Familia, Von der Leyen aseguraba que “no soy una superwoman,
donde estoy es el resultado de un largo camino de altibajos y decisiones con mi
marido, y también de algunos errores”. “La familia recobra su importancia, no
sólo como factor de equilibrio, sino como herramienta para transmitir
directamente unos valores, una interioridad y una trascendencia. Además,
comprobamos que sin niños un país no puede seguir existiendo, por razones
económicas y también emocionales”, afirmaba.
“Los niños no significan pobreza”
En este sentido, agregaba que “estamos en una
situación muy crítica, sobre todo psicológicamente. Hay que volver a hablar
del pan que los niños traen bajo el brazo: se llama alegría, fuerza
creadora, seguridad futura…que los niños no significan pobreza, sino
perspectiva”. Del mismo modo, Úrsula Von der Leyen afirma que hay que recuperar
los valores de siempre, no existen los nuevos. “La familia, la responsabilidad
por el otro, valores cristianos que deben ser traducidos a otros tiempos.
La familia no puede pervivir mirando a lo que fue, su economía y la de todos es
ya global y la mujer es hoy muy importante. Pero siguen importando que haya
niños en las calles, la solidaridad generacional, la buena educación, la
subsidiaridad, y hay que preguntarse cómo mantenerlas en un mundo moderno”.
“Tener cuatro hijos es dirigir una pyme”
En su opinión, la familia “recupera importancia frente
a la globalización. La familia es donde se aprende la responsabilidad entre
hijos y padres, los valores que queremos para mañana. La educación hoy es
transfronteriza, pero igual necesita límites, pues de mayor uno encontrará
reglas. Los niños siguen necesitando tiempo, y ejemplo: y deben conocer valor
del esfuerzo para el éxito”. A pesar de ello ve cambios en el mundo actual. Hay
ya empresas que prefieren a personal con familia que a solteros. La ministra
responde que es algo normal pues “son las cabezas más flexibles, rápidas y
maduras emocionalmente. Piense que tener cuatro hijos es ya dirigir una pyme”.
Igualmente, cuenta su experiencia personal en Estados
Unidos cuando se trasladó allí con su marido. “Cuando me presentaba a
trabajos en EEUU siempre me preguntaban qué hacía además del trabajo, si criaba
niños o colaboraba con alguna asociación. ¡Me han dado puestos por tener
hijos…En Europa me los darían por no tenerlos!”.
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