Ocio
es tiempo sereno para leer, conversar y apreciar. Sin ocio, no hay vida
intelectual.
La
vida intelectual necesita compromisos con la verdad; porque si no, se
compromete con la pereza en los buenos, y con el orgullo en los malos.
La
base de la vida intelectual se forma con la lectura, la reflexión y el archivo.
La lectura proporciona ideas y citas, la reflexión produce las síntesis, y el
archivo las conserva mejor que la memoria.
Cuando
no se recogen y archivan citas e ideas, la vida intelectual depende de
caprichos, ocurrencias y plagios.
En
la mente, como en la casa, no se puede dejar entrar a cualquiera.
(Juan
Luis Lorda. Aforismos. Ed. Rialp)
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