Se educa mostrando, no diciendo. Sin la emoción de
experimentar, las demasiadas palabras aturden.
La mejor educación es encender el amor de lo bueno.
El mal profesor se crece demostrando lo inútiles
que son sus alumnos. Y el bueno admirando cuánto aprenden.
El que no se puede equivocar, no puede aprender.
(Del libro Aforismo. Juan Luis Lorda. Edit. Rialp)
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