Cuando el que manda quiere hacerlo
todo, encierra la empresa en sus propios límites.
Es difícil que se entiendan dos
personas que creen mandar sobre lo mismo.
Entre el palo y la zanahoria siempre
es mejor la zanahoria; pero no hay gobiernos si no se ve el palo.
Los gobiernos débiles corrompen a
sus colaboradores porque no se atreven a corregirlos.
Para gobernar hay que tener claro
cuál es el puerto y quién va a remar.
(Del libro Aforismos. Juan Luis
Lorda. Editorial Rialp)
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