Los ideales que iluminan mi camino y una y otra vez me han dado coraje para
enfrentar la vida con alegría han sido: la amabilidad, la belleza y la verdad.
En dos palabras puedo resumir cuanto he aprendido acerca de la vida: Sigue
adelante.
Esforcémonos en vivir con decencia y dejemos a los murmuradores que digan
lo que les plazca.
Entre la vida y yo hay un cristal tenue. Por más claramente que vea y
comprenda la vida, no puedo tocarla.
No se tome la vida demasiado en serio; nunca saldrá usted vivo de ella.
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