La aventura podrá ser loca, pero el aventurero ha de
ser cuerdo.
El optimista cree en los demás y el pesimista sólo cree en sí mismo.
En todo aquello que vale la pena de tener, incluso en el placer, hay un
punto de dolor o de tedio que ha de ser sobrevivido para que el placer pueda
revivir y resistir.
El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el
amor florecen, no es una oficina ni un comercio ni una fábrica. Ahí veo yo la
importancia de la familia.
Admiramos las cosas por motivos, pero las amamos sin motivos.
¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mí
todos los demonios.
Siempre se ha creído que existe algo que se llama destino, pero siempre se
ha creído también que hay otra cosa que se llama albedrío. Lo que califica al
hombre es el equilibrio de esa contradicción.
Todos los educadores son absolutamente dogmáticos y autoritarios. No puede
existir la educación libre, porque si dejáis a un niño libre no le educaréis.
Hay algo que da esplendor a cuanto existe, y es la ilusión de encontrar
algo a la vuelta de la esquina.
La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no
darse cuenta.
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