Jesucristo nació de Santa María Virgen
¿Por
qué el Hijo de Dios se hizo hombre? Compendio del Catecismo 456-460
El
Hijo de Dios se encarnó en el seno de la Virgen María, por obra del Espíritu
Santo, por nosotros los hombres y por nuestra salvación: es decir, para
reconciliarnos a nosotros pecadores con Dios, darnos a conocer su amor
infinito, ser nuestro modelo de santidad y hacernos «partícipes de la
naturaleza divina» (2 P 1, 4).
Dios envió al arcángel San
Gabriel a Nazaret, para manifestar a María que había sido elegida para ser
Madre de Dios. "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu
palabra" (Lucas 1,38). - En aquel mismo instante se realizó la
Encarnación del Verbo en las purísimas entrañas de la Santísima Virgen.
La Virgen es también nuestra
Madre. Cuando moría en la cruz, Jesús nos la dio por madre. Igual que las
madres de la tierra, la Virgen nos cuida y nos protege.
María engendró el cuerpo de
Jesús, en el que Dios infundió el alma; y en el mismo instante, a ese cuerpo y
alma se unió la Segunda Persona de la Santísima Trinidad: el Verbo. De esta
forma el Hijo de Dios se hizo hombre sin dejar de ser Dios.
María llevó durante nueve meses
en su seno a Jesucristo, con su cuerpo, su alma y su Divinidad, después de los
cuales nació en Belén. Es verdaderamente la Madre de Dios. El
don más grande que Dios concedió a María Santísima es el de ser su Madre.
Y, por ser su madre, la llenó de gracia y de extraordinarios privilegios.
Principales dogmas de la Virgen
Principales dogmas de la Virgen
- Inmaculada Concepción.
- Siempre virgen.
- Asunción en cuerpo y alma en el cielo.
- Corredentora, Reina y Señora de todo lo creado, Madre de la Iglesia y Medianera de todas las gracias.
- Nuestra Madre Porque Jesucristo es nuestro hermano, "el primogénito entre muchos hermanos" (Romanos 8,29). Porque Jesucristo nos la dio como Madre. "He ahí a tu madre" (Juan 19,27). Porque Ella intercede por nosotros, nos ama como a hijos, y pide a Dios lo mejor para cada uno de nosotros.
Demostramos con obras que queremos a la Virgen, si nos comportamos como a Ella le gusta y vivimos alguna devoción mariana.
Un
propósito para avanzar: Comprueba
si vives alguna devoción mariana. De no hacerlo, puedes empezar por saludar a
la Virgen al levantarte y acostarte. Aprender bien el Avemaría y la Salve.
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