¿Te imaginas lo que pasaría si tratáramos a nuestra Biblia como tratamos a nuestro teléfono-movil?
-¿Y
si siempre la lleváramos en el bolsillo o en la cartera?
-¿Y
si la mirásemos con frecuencia durante el día?
-¿Y
si volviésemos a buscarla cuando la olvidamos en casa o en la oficina?
-¿Y
si la usásemos para enviar mensajitos a nuestros amigos, familiares y
conocidos?
-¿Y
si la tratásemos como si no pudiéramos vivir sin ella?
-¿Y
si la regalamos a los familiares, amigos, etc., en sus cumpleaños,
aniversarios, fiestas a las que nos inviten?
¿Y
si la usáramos cuando viajamos?
¿Y
si la tomamos en caso de emergencia?
Al
contrario del teléfono-móvil, la Biblia no pierde la señal, funciona en
cualquier lugar.
No hace falta preocuparse con la falta de crédito.
Y lo mejor de todo: la línea no falla y la recarga de la batería es de por vida.
No hace falta preocuparse con la falta de crédito.
Y lo mejor de todo: la línea no falla y la recarga de la batería es de por vida.
ES DE LO MÀS ACERTADO QUE LEO. COMO SE APROVECHARIA EL TIEMPO QUE AHORA TANTO SE PIERDE CON EL MOVIL.
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