Olivier Clerc, filósofo
nos cuenta la historia de una ranita con la que pretende alertarnos sobre el
futuro que nos espera si no reaccionamos. Pienso que es interesante, que lo
leamos, lo meditemos porque se trata de una realidad cruel de la que a veces no
somos plenamente conscientes.
Imagínate una
cacerola llena de agua fría en la que nada tranquilamente una ranita.
Un pequeño fuego
se enciende bajo la cacerola y el agua se calienta lentamente. Despacio,
despacio el agua se va poniendo tibia y la ranita encuentra esto mas bien agradable
y continúa nadando.
La temperatura
del agua sigue subiendo y ahora está mas caliente de lo que la ranita puede
gozar, se siente un poco cansada pero no está asustada.
Ahora el agua
está ya verdaderamente caliente y la ranita lo empieza a encontrar
desagradable, pero como ya está muy debilitada, lo soporta y no hace nada. La temperatura
sigue subiendo hasta que la ranita termina cocinándose y muriendo.
Si la misma
ranita hubiera estado metida directamente en el agua a 50º, con un golpe de sus
patas inmediatamente habría saltado fuera de la cacerola.
Esto demuestra
que cuando un cambio viene de un modo lento, escapa a la conciencia, y no
provoca en la mayor parte de los casos ninguna reacción, ninguna oposición.
Si miramos lo
que sucede en nuestra sociedad desde hace algunas décadas, podemos ver que
estamos sufriendo una lenta deriva a la cual nos estamos habituando. Una cantidad
de cosas que nos habrán horrorizado hace unos años, poco a poco se han ido
banalizando y hoy apenas preocupan y dejan completamente indiferentes a la
mayor parte de las personas.
En nombre del
progreso, de la ciencia, de la modernidad, se efectúan continuos ataques a las
libertades, a la dignidad de las personas, a la moral, a la felicidad de vivir.
Lenta pero
inexorablemente, con la constante complicidad de las víctimas, a veces inconscientes,
a veces incapaces de defenderse. El martilleo continuo de informaciones por
parte de los medios saturan los cerebros que no están ya en condiciones de
distinguir las cosas.
Cuando hablé de
esto la primera vez era pensando en el mañana.
¡¡Ahora, es para HOY!!
¡Conciencia o cocción, debemos elegir!
Si no estás como la ranita cocinado, da un saludable golpe con
tus patas, ¡antes que sea demasiado tarde!.
Muy buena el cuento de la rana que por desgracia es muy real. ¿Llegaremos a reaccionar?
ResponderEliminarYo desde luego no estoy dispuesta a que me "cuezan"¡tendré que saltar,ya!¡camarón que se duerme...!Me ha encantado el cuentecillo y real como la vida misma.A por "ello,oye.
ResponderEliminarYa somos mas de dos que no estamos dispuestas a que nos cocinen, esperemos que aumente el número. Enhorabuena Alobel. Un saludo
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