En estos tres meses que llevamos de curso se ven las carteras repletas de libros y los niños “tirando” de los carritos, si sus conocimientos fueran proporcionales a lo que pesan, estaríamos formando a una legión de sabios. Por desgracia no es así.
Junto a los niños sus madres que comentan todo lo que les preocupan sus hijos: “No puedo con mi hijo”, es la frase que repiten con cara de preocupación y es para tenerla teniendo en cuenta que a veces el hijo tiene algo mas de 3 años.
Y da pena la preocupación de los padres, pero para que no se quede solo en preocupación sin buscar soluciones, pienso que hay algunas preguntas que deberíamos plantearnos: ¿Educamos o deseducamos? ¿Tenemos claro lo que queremos conseguir con nuestros jóvenes?
¿Queremos deseducar? Bajemos los contenidos en la enseñanza para evitar el fracaso escolar; que no desarrollen la memoria, “para eso están las enciclopedias, los ordenadores...”, si no comprenden algo, da igual, “es que es muy pequeño”, ¿voluntad, esforzarse?, para qué “tiempo tendrán de sufrir en la vida”.
¿Queremos deseducar? Hagámoslos egoístas, preocupados sólo de “lo que me apetece”, de lo que “tengo ganas”, de lo que “quiero”
Me da la impresión que la TV nos priva de pensar y razonar, “vemos” demasiado y pensamos poquito. Quizás ha llegado la hora de pensar y dejarnos aconsejar para educar bien a los hijos, leer libros que nos orienten; cualquier profesional que se precie se pone al día en su profesión, ¿acaso es mas importante una profesión que la educación de los hijos?
Rectificar si es necesario, el esfuerzo de hoy merece la pena porque se educa a la generación del mañana!
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